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Los 11 cambios que reposicionan a la caña de azúcar como motor del NOA

Se dan en un contexto en el que el mundo avanza a una nueva economía basada en energías renovables y la industria digital.


El sector sucroalcoholero argentino se enfrenta, en el siglo XXI, con cambios estructurales que están modelando el futuro de la agroindustria a nivel global y local, lo cual exige decisiones y acciones estratégicas concordantes al nuevo paradigma. Si estas son correctas, la caña de azúcar puede volver a ser el motor del NOA, como ya sucedió entre 1850 y 1930, ingresando en la Tercera Revolución Industrial, como la llama Jeremy Rifkin, en el libro que describe como el mundo avanza a una nueva economía basada en energías renovables y la industria digital. Repasemos estos cambios:


1. Las disputas por subsidios y regulaciones, en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC), tuvieron resolución positiva para los productores de caña eficientes, lográndose una importante reducción en los subsidios a la exportación y otras prácticas desleales.


2. El Protocolo de Kioto impulsó la producción de energías renovables. Esto y el incremento del precio del petróleo facilitaron que el bioetanol se extendiera en los países productores de caña y cereales. En Argentina el etanol de caña puede triplicar su producción si crece el porcentaje de mezcla y se autoriza el alcohol hidratado.


3. En la primera década del siglo, la tasa de crecimiento en la demanda mundial de azúcar se duplicó al 2,7% anual. Este hecho, más la mayor producción de bioetanol, influyeron para que los precios internacionales del azúcar escalaran. Entre 2004 y el presente tuvo valores entre los US$ 300 y 470 por tonelada, cuando en décadas anteriores se situaba entre los US$ 200 y 300, desapareciendo los precios de dumping presentes en casi todo el siglo XX


4. Entre 2004 y 2010, la demanda interna de azúcar subió 350 mil toneladas (25% más) y el bioetanol absorbió 240 mil (17% más) TEA (toneladas de azúcar equivalente), pero a partir de 2012 empezó a caer y su participación en el mercado de edulcorantes pasó del 61,4% al 51,9%( 2020).


5. Entre 2001-2009 el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), ubicaba al sector azucarero argentino dentro del grupo de países más eficientes a nivel global. Posición que mantuvo solo en esa década, por el impacto negativo de las políticas económicas locales.


6. A fines del siglo XX, empezó a desarrollarse, en el mundo, un mercado de alimentos y productos orgánicos (US$ 117 mil millones en 2018). Este mercado tiene una demanda que crece a tasas que triplican la de los convencionales, y sus costos de producción tienen una tendencia decreciente. En Brasil la caña orgánica tiene una productividad 30% superior a la convencional. Argentina sumó varios proyectos de azúcar orgánica y sus exportaciones nos sitúan, como el 4ª exportador mundial.


7. La acción de la OMC y el incremento del comercio mundial facilitaron el desarrollo de acuerdos de Libre Comercio entre países y bloques, donde algunos productos como el azúcar tienen cuotas de importación. Todos los productores de azúcar de América gozan de estos convenios excepto el nuestro. Solo participamos del mercado preferencial de EEUU. Hay un gran potencial de crecimiento en negocios con azúcares de nicho en el marco de estos acuerdos.


8. Se consolida en el mundo el desarrollo de productos biológicos basados en derivados de la caña de azúcar y cereales, que pueden competir y reemplazar al petróleo, cuando éste supera los US$ 45 por barril. De hecho en nuestro NOA hay emprendimientos de: biofertilizantes, detergentes, y bioproductos para combatir plagas y procesos industriales. Según el USDA, el mercado mundial, crecerá entre 2005 y 2030, de 20 a 30 veces, para alcanzar ventas entre US$ 483-614 mil millones.


9. La producción de energía eléctrica en ingenios azucareros se desarrolló exitosamente a nivel mundial. Argentina tiene tres ingenios en este camino. El Brasil es un ejemplo, y en su matriz eléctrica las biomasas de caña participan con el 8 %, y un 17% en el mercado total de electricidad y de energías respectivamente.


10. Se aceleró la tendencia, en el mercado doméstico de edulcorantes, en la cual los de maíz y artificiales incrementan su participación, lo cuales en 2020 lograron el 24,16 % y 24.85 % del mercado total, con 630 y 600 mil TAE, respectivamente.


11. Los mercados de azúcar, alcohol hidratado y bioetanol de los países limítrofes y de los países latinos sobre el Océano Pacífico importan 700 mil toneladas de azúcar y 350 millones de litros de alcohol, a lo cuales podemos acceder con ventajas de logística.








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