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Sequía, análisis y prevención.

El 8 de Octubre, La Gaceta a través de su página web, hizo conocer un categórico informe del Laboratorio Climatológico Sudamericano, referido a que vamos a padecer una “sequía extensa de al menos 50 años”, con lluvias escazas etc. Analizado desde el punto de vista agrícola, es una noticia de alto impacto por las consecuencias negativas en las producciones por hectárea de todos los cultivos y por consiguiente en la rentabilidad del productor. Pero en especial deseo referirme al cultivo de la caña de azúcar, por ser un tema que lo estudié durante varios años y esa experiencia permitió ser volcada en el libro de la portada. Allí se expresan – por primera vez en la historia del centenario cultivo- las bases técnicas fundamentales para un correcto manejo del regadío y vigentes hasta hoy pero con los avances lógicos de la tecnología, como ser el riego por goteo (de notable eficiencia). Hasta la década 1990, el área bajo riego empoderonada con caña de azúcar, era el 19,8% del total y ahora seguramente debe ser más bajo, producto de la expansión del cultivo a zonas sin fuentes hídricas.

Lo que deseo trasmitir al sector productivo cañero es que, a partir de ahora, deberá prestar preferente atención al manejo del agua, por cuanto sus efectos comienzan a sentirse con las primaveras secas que coincide con la brotación, luego con el macollaje (entre Septiembre y Noviembre) y después desde Diciembre a Marzo con el crecimiento. Todos ellos son períodos claves para la próxima cosecha. Junto a lo expresado, el riego eficiente contribuye a un mejor aprovechamiento del fertilizante y los herbicidas, etc. Pero lo esencial estará dado con saber aplicar la cantidad de agua correcta por surco (evitando sobresaturacion del suelo), más los intervalos entre un riego y otro (salvo por goteo), de tal forma que el regadío contribuya en obtener una producción económica. Según nuestras mediciones, la caña de azúcar en Tucumán, necesita de 1.331 mm/año de agua (lluvias y/o riego) con una media diaria de 4,36 mm. En zonas sin riego, el manejo del residuo de cosecha (hojas secas o malhoja) será muy importante para mantener algo de humedad en el suelo.

El lector podrá apreciar una increíble coincidencia en el sentido que -teóricamente – se requiere consumir 1,3 mm de agua por cada 1.333 t/ azúcar “equivalente “ , si nos llevamos por el promedio de las zafras 2016-2019, que fue de 1.333.184 t. En el texto mencionado, el cañero podrá encontrar toda la información necesaria del caso y así hacer frente a las variaciones climáticas, que al parecer serán atípicas. El gran problema que observo, es que Tucumán no aumentó su área de regadío en la zona cañera por falta de obras de infraestructuras hídricas (diques y canales) y altos costos en la perforación de pozos, sobre todo en cañaverales del Este de la provincia, con bajos regímenes de lluvia para lo que el cultivo requiere. También es fácil verificar la falta de mantenimiento de muchos canales y/o acequias que conducen el agua de riego y que sepamos -canales revestidos de cemento – para evitar pérdidas, son muy escasos. Esa agua cuesta dinero. Distinto es el mantenimiento que tienen canales que llevan agua a los ingenios durante la zafra. Frente a semejante pronóstico, el Estado debería activar un plan de obras hídricas para enfrentrar esa adversidad.

Franco A Fogliata






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